Es importante y necesario que los padres se tomen el interés y la dedicación de acompañar a sus hijos a lo largo de su desarrollo, junto con sus hábitos alimenticios, no solo hasta culminar la niñez, sino incluso, avanzada su adolescencia, para prevenir la ingesta excesiva de alimentos dañinos, los cuales pueden causar grandes daños en nuestros hijos a nivel de salud mental, emocional y física, a corto o largo plazo.

     Como conclusión para esta parte del blog, se puede decir que la alimentación es el proceso por el cual le damos nuestro organismo todos y cada uno de aquellos nutrientes que son necesarios para que sobrevivamos. Esos nutrientes se transforman en la energía que el cuerpo necesita día a día para sobrevivir.

     Para tener una buena alimentación, tenemos que saber que está la parte insana y sana de la misma. la SANA son todos los vegetales, hortalizas, frutas, granos... la INSANA son todas aquellas comidas que a pesar de que son sabrosas, son dañinas. Por ejemplo: las comidas chatarras como perros calientes, hamburguesas, etc; y la comida rápida como McDonald´s. También están las comidas procesadas que contienen altos índices de químicos o contienen mucha azúcar. ¿No queremos eso para nuestro cuerpo, cierto?.

     Referente a la alimentación pudo surgir la duda, si alimentación es igual a nutrición. Recordemos que; la ALIMENTACIÓN hace referencia solamente a la ingestión de alimentos y la NUTRICIÓN es una serie de etapas por la cual se ingiere, digiere y absorbe, utilizando los nutrientes presentes en lo consumido para convertirlo en energía.

     Un punto más, no menos importante, es la relación entre la comida y la salud. Recuerden que PARA TENER UNA VIDA SANA HAY QUE COMER SANO. Es importante crearse un plan alimenticio equilibrado, sin importar las situaciones es SÚPER importante que más que elaborarlo es CUMPLIRLO. Sólo la nutrición sana es la garantía de una vida saludable; sin olvidar, señores, el ejercicio para nuestro bienestar. Alimentarse sano nos evita enfermedades cardíacos producidos por el colesterol, obesidad, enfermedades renales, etc.

     Entonces, ¿quieres darle una buena alimentación a tus hijos y a tí mismo?. No se olvide de estos consejos:
          * Dieta personalizada (con asesoramiento de un pediatra o nutricionista).
          * Varíen la alimentación.
          * Nunca salten los desayunos (si es un niño, menos).
          * Alimenten más que todos a los pequeños con frutas y verduras.

     No olviden, que si hay mamás primerizas, el desarrollo del bebé es súper importante en los primeros dos años de vida. La leche materna es fundamental en los primeros 4 - 6 meses de vida, ya que deben tener sus defensas altas para evitar enfermedades anímicas.

     De 2 - 7 años los niños se pones caprichosos con ciertos alimentos, sobre todo si hablamos de verduras, ya que son sabores nuevos, recomendamos que siempre busquen maneras nuevas de hacerles ver que eso es saludable y que es comida pero a la vez que lo vean divertido.

     Pasando la etapa de los 7 hasta los 11, el niño ya maduró un poco y comienza a aceptar alimentos como los pollos, carnes, pescados, vegetales, sin embargo, a veces pueden seguir rechazando las verduras. Buscar maneras de ponerles una ensalada en vez de una comida rápida se hará más fácil en un futuro que aprenda a comer sano. Darles estos alimentos es una bomba del tiempo en cuestión de salud.

     En la adolescencia, están en pleno proceso hormonal, por lo tanto andan ansiosos, amargados, comen mucho o dejan de comer en algunas situaciones. Es importante que sepamos convivir con ellos y que los alimentos que consuman sean balanceados. En el caso de las hembras por la misma menstruación y sus cambios hormonales, les hará comer cuanta comida se le atraviese, para ello podemos enseñarles a comer en esos momentos frutas, yogures, galletas... En el caso del varón, también por el mismo proceso hormonal, comen más de lo que puede llegar a comer un adulto promedio, para ello hay que enseñarles a comer la cantidad de comida necesaria para calmar esa ansiedad producida y meterlos en alguna actividad física para que quemen ese exceso de energía.

     Recuerden que la vida de sus hijos y de nosotros mismos valen más que nada; no se dejen engañar por dietas que no funcionen o que les prohíban comer, consulten siempre al médico y a los pediatras que son los que sí saben. Y no olviden que ¡SOMOS LO QUE COMEMOS!.